J.M. Mulet: No echemos a los transgénicos la culpa de problemas que afectan a la agricultura en general.

Profesor titular de biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia, Director del Master de Biotecnología Molecular y Celular de Plantas e investigador en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas, un instituto que depende del CSIC y de la UPV. Lleva desde 1996 investigando con plantas y ha publicado un libro sobre los mitos que hay detrás de “lo natural”, desde el punto de vista científico, titulado Los productos naturales, ¡vaya timo!. En breve, publicará su segundo libro, Comer sin miedo. Puedes seguirle en su blog y en Twitter.

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¿Qué es la biología molecular de plantas? ¿Y la biotecnología?

La biología molecular de plantas consiste en estudiar cómo funcionan las plantas pero, no tanto a nivel de fisiología o botánica, sino a un nivel más profundo: al nivel de los genes, de las proteínas, de las moléculas. Es decir, al nivel de los componentes que hacen que una planta funcione.

La biotecnología es algo que llevamos haciendo desde que empezamos a hacer queso, cuando utilizamos microorganismos en beneficio propio para hacer un alimento. Hacer vino también es biotecnología. Es una cosa muy curiosa, se relaciona con la medicina o la industria cuando la biotecnología nació cuando empezamos a manipular los alimentos para hacerlos mejores o para que tuvieran más propiedades.

La biotecnología en la que yo trabajo consiste en aplicar la biotecnología molecular a las plantas para hacerlas mejores.

¿Y todo esto tiene que ver con la ingeniería genética?

Sí, se puede llamar así también. La ingeniería genética es cortar y pegar genes, mientras que la biotecnología sería algo más genérica, la incluiría. La mejora genética clásica, cruces e hibridaciones, también son biotecnología, aunque no sean ingeniería genética.

Lo que hacía Mendel, ¿sería ingeniería genética?

Era más bien ciencia básica. Porque no intentaba mejorar una especie.

 Cuando un agricultor hibrida dos manzanos…

Eso es biotecnología.

 Y eso es lo que hacéis en el laboratorio.

Sí.

¿Tienes alguna vinculación con Monsanto u organizaciones similares? Se te “acusa” de ello…

No, no tendría tantos problemas para llegar a final de mes. El problema es que cuando hablas de ciencia y tu oponente no lo hace, cuando al otro no le gusta lo que dices y no encuentra argumentos científicos porque no los tiene, entonces recurre a la falacia ad hominem. Como no pueden desmontar lo que digo, me intentan desmontar a mí.

Además, no sólo existe Monsanto, hay varias empresas que hacen biotecnología vegetal: Pioneer, BASF, Esingenta… Monsanto es una empresa con la que nunca he tenido nada que ver.

Sí es verdad que participé en un estudio que estaba patrocinado por una empresa pequeñita, Crop Design, pero vamos, yo era el “currito”. Luego, Crop Design fue comprada por BASF. Para mi fue un desastre porque toda la vinculación que tenía con el proyecto desapareció.

Monsanto y demás, ¿son el demonio?

Son empresas que ganan dinero como cualquier otra. Si funcionan es porque venden un producto que la gente compra. Luego, si tienen prácticas que no nos gustan o que son poco éticas, hay que hacer denunciar esas prácticas, pero no tumbar todo lo que hacen las empresas simplemente por ser grandes. Algunas cosas que han hecho han servido para que agricultores tengan una vida mejor, que toda la sociedad acceda a mejores precios o a mejores calidades.

¿Por qué hay agricultores que compran semillas transgénicas?

Pues porque son mejores. Funcionan mejor, les dan mayor rentabilidad y les facilitan el trabajo.

Hace un año la Revista de la Academia Nacional de Ciencias Americanas publicó un estudio sobre el impacto que había tenido en India el uso de algodón transgénico —la India es el mayor exportador de este tipo de algodón—. Bueno, pues como es tolerante a insectos, se había reducido el uso de insectididas y, por tanto, el coste.

Los principales beneficiados, y dónde hubo la mayor demanda, fueron los pequeños y medianos agricultores. Si tienes un latifundio, siempre ganas dinero. El pequeño es el que tiene que ajustar los costes.

Lo mismo está pasando con la soja en Argentina: al bajar los costes, los más beneficiados son pequeños y medianos agricultores.

La ingeniera agrónoma Ester Casas, en una entrevista a La Vanguardia en 2007, dijo que en los quince años anteriores se había perdido un 75% de las variedades locales de plantas de cultivo. Son cálculos de la FAO.

¿Y esto tiene algo que ver con los transgénicos?

El argumento es: cada vez hay menos semillas, están cada vez en menos manos y se distribuyen de una forma monopolística.

Esto es un argumento conspiranoico y no hay por dónde cogerlo. Hay una erosión genética, cada vez hay menos variedades porque, antiguamente, un agricultor sólo tenía acceso a las que había en su zona. Hoy, la globalización hace que para un agricultor sea más fácil tener acceso a mejores semillas. ¿Y qué ocurre? Que los agricultores siempre eligen las mejores semillas. Y cada año hay alguna semilla, transgénica o no, que triunfa.

Si sabes que el vecino compra una semilla que le dará el doble de rendimiento que la tuya, ¿comprarás tú una peor? Está muy bien tener cincuenta y cinco mil variedades pero, ¿quién se queda con la peor? ¿A qué agricultor le dices: “va a ganar dinero tu vecino. Tú no porque tú estás manteniendo una variedad tradicional”.

Es un problema que sufre la agricultura, independientemente de los transgénicos. Y esta situación tiene cosas buenas y malas.

Las buenas son que aumenta la eficiencia y hay más beneficios para el agricultor. Las malas son que hay variedades, menos eficientes, que se pierden. Pero se pierden entre comillas. Que una variedad no esté en el supermercado o en el campo no significa que haya dejado de existir. Hay bancos de germoplasma, bancos de semillas, continuamente están saliendo al mercado nuevas semillas y muchas de ellas salen de hibridaciones de semillas que no están en cultivo. Entonces… esa pérdida de variedades locales se tendría que matizar. Del tema de las patentes, decir que es culpa de los trasngénicos, también es muy matizable. Las semillas que no son transgénicas también están patentadas y pertenecen a grandes empresas. No echemos a los trasngénicos la culpa de problemas que afectan a la agricultura en general.

 ¿El monopolio de las patentes crea una dependencia de productos fitosanitarios y de determinada maquinaria? Y si fuera así, ¿esa dependencia es perjudicial para el medio ambiente?

Estamos mezclando, otra vez, tres o cuatro cosas diferentes. Para empezar, ¿estás hablando de las transgénicas o de las que no?

Luego, no hay una única empresa de semillas, el agricultor elige la que más le conviene, es como decir que hay un monopolio de Apple. Hay gente que usa Apple y sólo compra Apple, pero nadie les obliga, quieren hacerlo. Con las semillas pasa lo mismo, cada uno puede comprar las semillas de la marca que quiera. También hay que tener en cuenta que la patente de una semilla, transgénica o no, tiene un periodo de explotación tras el que pasa a ser libre.

Una curiosidad. En Europa, sólo hay tres transgénicos autorizados y sólo se siembra uno, el maíz MON 810. Es decir, eso que dices no pasa en Europa, ¿no? Porque un sólo maíz no afecta a los demás cultivos. Además, la patente del MON 810 caduca el año que viene.

Sobre la dependencia tecnológica… un agricultor tiene que poner fertilizantes, tiene que poner fitosanitários, ya sean transgénicos, convencionales o ecológicos. El agricultor ecológico también usa fitosanitarios y se los compra a las mismas empresas que venden transgénicos.

Hay una leyenda urbana sobre unos transgénicos, que en Europa no están autorizados para siembra, la soja o el maíz resistentes a herbicidas. Dice que Monsanto te obliga a comprar su herbicida. A ver: la patente de el herbicida, el glifosato, caducó en el año 2000. Y tú te vas a los chinos de debajo de tu casa y encuentras glifosato. Curiosamente podemos encontrar glifosato en Europa, aunque no se siembre esa soja ni ese maíz, porque se usa para todo. Es el herbicida más vendido en todo el mundo.

En una frase, ¿qué es un transgénico?

La definición legal es: organismo que en su genoma lleva un trozo de ADN que proviene de otro organismo. Y que se ha hecho artificialmente.

Incido en esto último porque el proceso de intercambiar fragmentos de ADN sucede en la naturaleza, se llama transferencia horizontal. El proceso de mezclar el genoma de dos especies diferentes también sucede, le llamamos hibridación, lo que pasa es que como no mezclamos específicamente un gen, un maíz fruto de una hibridación no se considera un organismo transgénico.

Pensamos que el genoma de las especies es algo inalterable e inmutable pero en la naturaleza no es así. Los genomas están contínuamente cambiando e hibridándose. De hecho, en todas las especies de cultivo el genoma lo hemos cambiado un montón de veces a lo largo de la historia.

¿Son perjudiciales para la salud estos alimentos?

No, al contrario. Son los alimentos más evaluados de la historia de la humanidad.

Para que un transgénico salga al mercado tiene que pasar una batería de pruebas, por el simple hecho de ser transgénico, que no tiene que pasar un alimento convencional. Te pongo un ejemplo: en los supermercados podemos comprar cacahuetes. Pero si los cacahuetes fueran transgénicos no podrías comprarlos porque sabemos que son altamente alérgenos. Si de un transgénico, en algún momento del proceso de evaluación, se detecta que puede producir alergia, en ese momento la autorización se para y nunca saldrá al mercado.

A nivel medioambiental, lo mismo. El único transgénico que se ha retirado fue una remolacha resistente a herbicidas que podía hibridar con una especie silvestre próxima al campo dónde se había autorizado su siembra.

Como había una posibilidad de que hubiera híbridos que no estuvieran controlados se revocó la autorización. En una especie no transgénica esto no se considera.

Tenemos ejemplos de un montón de especies cultivadas o animales domésticos que provocan muchos problemas en el medio ambiente. Los gatos son responsables de la muerte de un montón de pájaros salvajes todos los años y de la extinción de algunas especies. Pero nadie se plantea prohibir que tengamos gatos.

¿Por qué trabajas en esto?

Es un tema que me apasiona porque esta tecnología tiene un potencial impresionante. Si ahora somos tanta gente en el mundo, y hay tanta gente comiendo, es porque en los años 50 hubo una revolución verde en la que se aplicó toda la tecnología de hibridación y de fitosanitarios. Eso permitió que aumentara la producción de cereales y que mucha gente pudiera seguir viviendo.

Ahora, con esta tecnología, podemos volver a hacer lo mismo. El potencial que tenemos para aumentar el rendimiento agrícola y para que mucha gente coma a un precio asequible, y que coma mejor.

Hay un grupo español que ha desarrollado un trigo apto para celíacos –la celiaquía afecta al 7% de la población– y un consorcio público ha desarrollado libre de patente el arroz dorado, que impide que muchos niños padezcan de ceguera. En fin, como tecnología tiene un potencial impresionante, es un tema en el que me encanta trabajar.

¿Y por qué los transgénicos tienen tan mala imagen?

Porque cuando esta tecnología empezaba, en el año 95, hubo grupos ecologistas, y aquí hay que señalar directamente a Greenpeace, que necesitaban un cambio de orientación.

La gente empezaba a cansarse de las campañas antinucleares y de las campañas de las ballenas porque funcionaron y los gobiernos empezaron a hacer caso. Como necesitaban un nuevo reclamo, hicieron una campaña diciendo que la tecnología transgénica era el peor de los males posibles. Era una tecnología que estaba en ciernes, pero sí sabíamos que no era peligrosa por todas las pruebas anteriores. Ahora están en un callejón sin salida, porque cada vez están más claras la aplicaciones y está quedando en evidencia que la mayoría de sus argumentos son mentira.

¿Esto lo ejemplifica quizá Mark Lynas?

Mark Lynas es uno de muchos. También está Patrick Moore, uno de los fundadores de Greenpeace, que se salió hace tiempo y ahora está llevando una campaña a favor del arroz dorado. Está el premio Nobel Peter Higgs, el del bosón de Higgs, que era socio de Greenpeace y salió porque vio que la campaña contra los transgénicos era una aberración. Y podría poner ejemplos menos conocidos.

Queda ver cómo Greenpeace corrige su postura. Porque, un maíz que es resitente a insectos, al consumidor le da igual, él no ve la diferencia, la ven los agricultores, que representan a menos del 5% de la población en España. Pero un trigo apto para celíacos… ¿tú crees que a unos padres les importará si es transgénico o no si la cesta de la compra les cuesta el doble o el triple que a cualquier otra persona?

¿Con un trigo resistente a insectos, no se puede dar un efecto mariposa? Si los insectos no pueden alimentarse, mueren. Los pájaros no tienen alimento, mueren. Y, así, con el resto de la cadena trófica…

Te puedes poner conspiranoico pero te he dicho antes que los trasngénicos son los alimentos más evaluados de la historia.

Antes de autorizar un transgénico, se hacen ensayos de campo para detectar estas cosas. En el caso concreto del maíz MON 810 se ha visto que sólo afecta a los insectos herbívoros que atacan al tallo del maíz. O sea, los insectos carnívoros no le hacen ni caso porque no comen maíz. Y eso ayuda a controlar la población de insectos.

En una agricultura convencional o ecológica, lo que se hace es tratar con insecticida y cargarse a todos los insectos.

Esto de la cadena trófica probablemente se debe a un artículo que salió hace diez años, que decía que el maíz transgénico estaba afectando a las poblaciones de mariposa monarca. Luego se vio que este artículo era más falso que un billete de tres euros y al año tuvo que salir un artículo desmintiéndolo. De hecho se ha visto que las poblaciones de mariposa monarca han aumentado desde que se ha extendido el maíz BT porque ya nos se fumiga indiscriminadamente.

En tu blog dices que Greenpeace vende semillas de Monsanto.

Sí, es verdad. En el blog tengo los datos. El problema es que Greenpeace está siendo víctima de su propia desinformación. Ellos han hecho creer que todos los trasngénicos son propiedad de Monsanto y que todos los transgénicos están patentados. Las dos cosas son falsas.

Que todos los transgénicos sean propiedad de Monsanto es una creencia que fastidia especialmente a las personas que trabajamos en organizaciones públicas. Yo publico los transgéncios que hago, doy la información a la gente para que pueda ser útil.

Pero si esto es verdad y Greenpeace toma esta orientación, tiene una actitud muy irresponsable.

Sí, yo lo llevo denunciando. Pero es su problema, no mío. Sólo me molesta cuando destrozan campos experimentales. En Europa se han catalogado 60 ataques a campos experimentales. Eso ha destrozado tesis doctorales, proyectos de años de trabajo y todo el dinero invertido, que en la mayoría de los casos es dinero público destinado a ciencia.

La tesis que dice que se empobrece al campesino, no la consideras.

¿Los campesinos son tontos? ¿Alguien les obliga a comprar transgénicos? ¿Por qué en España ha crecido este año un 12% la siembra de transgénicos? ¿Está Monsanto poniendo una pistola en cada uno? Si esto ha triunfado es porque a los campesinos les sale rentable. No conozco a ningún campesino que diga que le han obligado a sembrar transgénicos. Simplemente les sale a cuenta.

¿Tú crees que está mal que un campesino elija la vía ecológica o biodinámica?

No. Yo creo en la libertad individual de cada uno. Yo nunca he dicho que prohiban la agricultura ecológica, otra cosa es que critique las subvenciones. ¿Por qué? Porque en España el consumo ecológico no llega al 4% y la mayoría es para exportar a Alemania. ¿Por qué vamos a subvencionar lo que van a consumir unos pocos alemanes de clase media o media alta? Yo no coy a criticar que se cultive ecológico, pero sí voy a criticar que se hagan campañas que digan que consumir ecológico es mucho mejor para la salud, porque no es cierto.

Después de estudiar Publicidad, Cocina, Turismo y Bartending, me convertí en periodista y consultor en comunicación gastronómica.

22 Comments

  1. Los males de la agricultura no tienen en absoluto que ver con los transgénicos. Evidente. Nadie en su sano juicio relacionaria unas condiciones del agricultor-productor lamentables en lo que se refiere a inversión/recuperación/negocio de su actividad con la presencia o no de transgénicos en los campos.
    Eso no es óbice no obstante para no poder estar en contra del transgénico como concepto formal y ético. La modificación natural existe y no se puede estar en contra porque sería una memez del tamaño de la pirámide de Keops. Pero la artificial es otro tema. Vender esa manipulación genética como solución a los problemas de los agricultores, por su bien y el nuestro como consumidores sin tener datos concretos (indicios basados en suposiciones) es igual de irresponsable que decir lo que dice la frase título del artículo.
    La modificación artificial puede generar problemas a largo plazo que podrían ser irreparables, en lo que concierne a especies y espacios que cambiarán en pos de un interés humano no natural, todo equilibrio natural. Biodiversidad en riesgo, pero el progreso es el progreso.
    Romper equilibrios naturales por el bien de la Humanidad. Claro, como el progreso causado a base de contaminación industrial que nos provoca los males que hoy día y en un futuro cercano tendremos que afrontar (en China lo afrontan ahora mismo, por ejemplo). El progreso no es ni lineal ni positivo siempre. Depende de lo que nos demande a cambio. Y con la naturaleza no se debería jugar.
    Además, estas semillas milagrosas patentadas, ¿serán un bien común e irán a nombre de la OMS, por ejemplo? ¿O responde a corporaciones que gastan millonadas investigando para luego obtener un beneficio propio? Serían imbéciles de no hacerlo, y ahí otro problema. Una vez eliminemos del sistema las semillas improductivas, naturales y «baratas» que deben poder encontrar ahora mismo en el mercado, ¿qué pasará con el precio de éstas? ¿Los marcará la OMS o las empresas que se habrán quedado con el posible monopolio? ¿Queremos depender de esas grandes corporaciones? Yo no tengo muy claro el beneficio ahí. Habría que recordar que pasa con las patentes en el mundo de la medicina y los enfermos de países donde no se pueden pagar los tratamientos. Pues sigamos esa estela. Por el bien del progreso.

    Que quede claro, no es una posición anticientífica ni mucho menos. Es una posición antimodificación genética artificial que se vende con unos beneficios que yo, personalmente, no llego a ver ni comprender.
    Gracias.

    1. David, en primer lugar, gracias por dejar tu primer comentario en el blog, es un honor y un placer. Y para continuar…
      Hablas de «vender esa manipulación genética como solución a los problemas de los agricultores, por su bien y el nuestro como consumidores sin tener datos concretos (indicios basados en suposiciones)». Hombre, igual soy muy naïf, pero espero que la comunidad científica (ya no hablo de J.M. Mulet en concreto, que al fin y al cabo es un sólo hombre) tendrá algo más que indicios de la inocuidad de los transgénicos. Vamos, no tengo pruebas de que así sea, pero decido creer en la comunidad científica.
      Hablas, también, de poner en en riesgo la biodiversidad. No seré yo quien esté a favor de eliminar especies pero, francamente, estamos abocados a la extinción y el primer riesgo a la biodiversidad es una ciudad como Barcelona, que se estableció sobre unas marismas de las que ya no queda nada. Está claro que el progreso no es siempre positivo, pero un beneficio que tú no llegas a ver o a comprender seguro que un celíaco sí lo ve en un trigo sin gluten (dos amigas celíacas están entusiasmadas) y estoy seguro que los padres de los niños que ya no se quedan ciegos en el sureste asiático gracias al arroz dorado, también lo ven (como lo ven sus hijos, si me permites el chascarrillo).
      Luego, sobre las semillas milagrosas patentadas, me parece un razonamiento que podría haber hecho un coetáneo de Fleming: «esa cosa moderna, ese antibiótico que ahora inyectan en el cuerpo… ¡qué consecuencias podrá tener! ¿Qué intereses tendrán en que yo me insufle tal cosa?». Explica Mulet que estas semillas tienen una periodo de patente que, al cabo de un tiempo, vence. Lo mismo que pasa con los medicamentos, los libros, la música… Y luego están los científicos que, directamente, trabajan en «código abierto» y publican sus resultados; como el mismo Mulet, según dice).
      En fin, creo que siempre rechazamos las ideas con las que no tenemos afinidad, aunque sea un rechazo irracional. Conozco a mucha gente que está en contra de los microondas, aunque ningún estudio científico confirme su malignidad (a no ser que metas dentro la cabeza) y siendo un método de cocción rápido y barato. Sin embargo, se pegan bien fuerte sus iPhones a las orejas (emiten más microondas que un horno microondas). Conozco a mucha gente que promulga una dieta sana y se mete de coca hasta las cejas. Conozco a mucha gente que se vuelven ex-fumadores radicales y, sin embargo, no se preocupan en absoluto por la polución que respiran paseando por Barcelona. Y así…
      Si entrevisto a Mulet es, precisamente, para conocer la opinión de un científico que me parece bastante independiente (tenga o no una actitud bastante combativa en redes). Y, de hecho, el discurso de Mark Lynnas, y disculpa que insista en algo que aparece en el post, me aprece bastante ilustrativo.
      Yo, dudo.

    2. Hola David,

      Poco más que añadir al comentario de Jordi, aunque me gustaría comentar algunas cosas que has dicho y que me inquietan. Especialmente “Con la naturaleza no se debería jugar” y “Romper equilibrios naturales por el bien de la Humanidad”. Me preocupa porque hay enfermedades que aparecen sin poderlas evitar. Llamémosle X, cosas que tiene la naturaleza, pero seguro que dado el caso, uno no lo asume y tira para adelante sin intentar luchar con fármacos y tecnología que, lejos de ser “naturales”, han mostrado eficacia. Claro que hay algún caso aislado de alguien que se deja llevar por esa madre natura y se trata con pseudoterapias (esto me preocupa más, por cierto) pero es otro tema.

      ¿Estamos rompiendo el equilibrio cuando te tomas un ibuprofeno o paracetamol para el dolor de cabeza? ¿Cuándo un diabético se inyecta insulina? ¿Cuándo un trasplantado toma inmunosupresores? Son cosas naturales que pueden pasar. Lo que quiero decir es que no se trata de jugar con la naturaleza, sino de hacer frente a los males y problemas de hoy y mañana con técnicas y productos que gracias a la Ciencia se han desarrollado, son seguros y sobre todo, eficaces.

      —Además, estas semillas milagrosas patentadas, ¿serán un bien común e irán a nombre de la OMS, por ejemplo? ¿O responde a corporaciones que gastan millonadas investigando para luego obtener un beneficio propio?—

      Como ya te han dicho, esas semillas a las que tú llamas milagrosas, no son milagrosas David; simplemente están mejoradas en algún carácter (a veces es una tolerancia a sequía, a patógenos… y otras veces tienen alguna mejora para la salud) son producidas en muchos casos por centros de investigación públicos con fondos públicos pero por otros motivos, son comercializadas por multinacionales. Lógicamente deben obtener un beneficio, al igual que la casa Peugeot, BMW, Apple o Nestlé. Esas semillas tienen un período de patente que vence pasado un tiempo. Sin embargo, si no lo sabes, hay un tipo de transgénico (el arroz dorado) ya desarrollado hace años, que desde el primer momento se liberó la patente y se destinó a fines humanitarios dada la importancia y la cantidad de vidas que podría salvar.

      —-¿Queremos depender de esas grandes corporaciones?—-
      Esto no lo entiendo muy bien. ¿Tú produces todo lo que consumes? ¿Tu comida, tu ropa, tus medicinas? ¿Te lo regalan?

      Estoy de acuerdo con el comentario de Jordi, especialmente cuando dice que rechazamos las ideas con las que no tenemos afinidad aunque sea un rechazo irracional. Posiblemente la novedad, el miedo a lo desconocido, hace que mucha gente lo rechace pero no hay motivos para hacerlo y llegará un día en que este tipo de tecnología sea de lo más normal.

      Si no lo conoces, te recomiendo que leas algo sobre Norman Borlaug, premio Nobel de la Paz y defensor de la biotecnología agrícola. «Es el hombre que ha salvado más vidas en la historia de la humanidad», Josette Sheeran, directora del Programa Mundial de Alimentos (PAM) de las Naciones Unidas, 2009.

      Un saludo.

    3. Totalmente de acuerdo contigo, David.

      Jordi, en relación a tu respuesta, ¿crees en la inocuidad de los farmacos desarrollados por cientificos?, ¿crees en la inocuidad (hacia personas o medio) de, en general, cualquier producto desarrollado por los científicos para las corporaciones?

      Yo, desde mi humilde opinión, creo que de crear un híbrido de forma tradicional a manipular genéticamente una especie con fines lucrativos hay un abismo llamado capitalismo, que por todas partes podemos ver que es dañino, en todos los sentidos.

  2. Estimados Jordi y Biomara, por alguna razón que no alcanzo a entender ponéis en mi mano palabras que no he dicho y que ni por asomo he sugerido. ¿Penicilina? ¿Enfermedades que no tenemos que curar? ¿Insulina? Veamos, en todo momento he dicho «el medio ambiente» o «naturaleza», por hablar de la biodiversidad natural, jamás he dicho que no haya que investigar ni dejar de utilizar la ciencia! En fin, que mi comentario iba por el medio natural, no por la vida en general, pero veo que me expliqué fatal porque por poco me acusais de inquisidor de la Edad Moderna o lo que es peor, de homeópata. Os aseguro que no es el caso. Faltaría más. Sigo sin entender cómo de hablar de no destruir el medio natural llegásteis a la conclusión de que estaba en contra de los medicamentos.

    Sigamos. Jordi, cuando hablas de comunidad científica, ¿exáctamente quiénes son? ¿Los que se oponen al cambio climático? ¿Los que niegan la evolución basándose en datos «científicos»? Ser científico no es una garantía de nada per se. Hay unos que dicen unas cosas, y otros que dicen otras. Te aseguro que en el mundillo de la docencia, por ejemplo, hay mucho indocumentado suelto. ¿Por qué debería ser diferente la comunidad científica? Los datos no son definitivos, porque que yo sepa, hasta el momento no hay ninguna unanimidad al respecto de las bondades de la cuestión que estamos tratando. Al contrario, los científicos están divididos y muchos proyectos de biogenética son rechazados. ¿Motivado por una conspiración? ¿Son los organismos responsables de dar luz verde a estos proyectos unos irresponsables como yo? No sé, algo huele mal en Dinamarca y no soy yo precisamente el que se niega a que esto vaya adelante. Pero no va. Razones científicas habrá también.
    Que estemos abocados a la extinción…precisamente es eso lo que me gustaría evitar. Siguiendo por el camino que marcan algunos, como este señor, seguro que es así, pero vaya, si respetásemos el MEDIO, la NATURALEZA sin joderla aún más tal vez llegásemos más lejos en nuestra historia evolutiva. Yo confío en poder cambiar un poco este mundo. Otra cosa es que nadie más quiera y se rinda al fatalismo de lo inevitable.
    Estoy razonando mi irracionalidad, espero quede constancia. La ideología nos marca, evidentemente que lo hace, somos animales políticos y no tengo dudas al respecto, y las cosas que me parecen incorrectas pues las expresaré. Pero mi ideología no me hace renegar de mi smartphone ni de mi moto. Reniego de lo que no me parece bien y por ahora no soy un bicho raro precisamente. De lo contrario las semillas «no milagrosas» ya nos inundarían, y no.

    Sobre lo que dice la colega Biomara, mucho más versada en ciencia que yo, lo que me preocupa no es que se pueda modificar una semilla para hacerla tolerante a un celíaco. Nada más lejos. ¿Pero dónde se detendrán en esas modificaciones? ¿Hasta dónde llegaremos en la manipulación? ¿Dependeremos de las semillas modificadas en el futuro? Yo mismo he dicho que evidentemente las empresas buscan beneficios, y eres tú la que deslizas que muchas veces los estudios se pagan con dinero público y luego acaban beneficiando a privados. Perfecto pues. Estamos hablando de comida, y no es lo mismo que hablar de teléfonos. Si el mercado de coches, de teléfonos, de televisiones, de videoconsolas acaba en manos de un monopolio, la verdad, me dará igual. Si lo hace un mercado como el de la comida y la producción agraria, ¿es lo mismo? La verdad, me parece irresponsable dejar en manos de corporaciones científicas privadas el futuro de la alimentación del mundo. ¿Luego iremos a por la pesca? ¿A por los animales de granja? ¿Quién parará eso? Yo no produzco lo que consumo pero elijo qué consumir. Cuando no tenga esa elección porque la producción de alimentos está en manos de Montsanto y sus semillas modificadas patentadas, a quién acudo? ¿A los que me vendían las bondades de la modificación de alimentos? Yo no me hago mi TV pero puedo vivir sin ella. Sin comer, no.

    El fatalismo de «algún día esa tecnología será normal» me da miedo. Pero no por ser inquisidor y rechazar a Galileo, sino porque también podríamos decir lo mismo de la energía nuclear, y yo, por ahí, no paso. Ideología o no, no paso. Y no es miedo a lo desconocido. Es miedo a la utilización de forma errónea de la ciencia. Permítanme dudar a mi también.
    Todos dudamos. (y gracias por la recomendación, Biomara!)

    1. Mire, no me voy a molestar en contestar porque me encanta que usted opine.
      Lo dicho, es usted un homeópata con el que me gusta discutir.
      Y no olvide tomar su penicilina.

        1. David, “penicilina, enfermedades que no tenemos que curar e insulina” NO lo has dicho tú, lo he dicho yo. Nadie ha dicho en ningún momento que lo hayas dicho tú. No seas tan suspicaz y relájate. Viene bien para mantener una conversación constructiva en la que todos podamos aprender. Son ejemplos que he puesto con mi propio lenguaje y vocabulario. Y nadie te ha acusado de inquisidor de la Edad Moderna ni de homeópata, eso también lo estás diciendo tú. Tus palabras, las he puesto entre símbolos —-X—- para diferenciarlo de lo que he dicho yo.

          Y aclarado esto, voy a seguir los comentarios que me has dirigido.

          —-Sobre lo que dice la colega Biomara, mucho más versada en ciencia que yo— que conste que esta afirmación la has hecho tú, no yo; y no sé cómo has llegado a esa conclusión puesto que en ningún caso, he hecho alusión a mi formación, precisamente para evitar la falacia de autoridad.

          Evidentemente haces preguntas a las que yo no te puedo dar respuesta puesto que no soy vidente, pero son extrapolables a otros campos de la Ciencia y la investigación.
          —-¿Dónde se detendrán esas modificaciones?—-
          Pues no lo sé y la verdad es que mientras que sean mejoras, a mí, personalmente, no me preocupa eso. Ya hay instituciones que se encargan de velar por la seguridad alimentaria y medioambiental. Por cierto, hacías mención a que era esto lo que te inquietaba. La comisión europea después de 25 años de investigación en transgénicos y dos informes, ha declarado que hasta la fecha, no hay evidencias científicas que relacionen los transgénicos con mayores riesgos para la salud o el medio ambiente que si se trataran de alimentos convencionales.

          —-¿Dependeremos de las semillas modificadas en el futuro?—-
          ¿De verdad eso te preocupa? A mí me preocupa que haya alimento suficiente para abastecer a la población mundial y que llegue a todos. Me da igual si es modificado o no. Sobre el monopolio, por ponerte un ejemplo; seguro que te suena el tomate kumato (tranquilo, no es transgénico). Esta variedad de tomate es propiedad exclusiva de Syngenta, una de las empresas comercializadoras de semillas transgénicas (Monsanto, sin t, no es la única). Hay más tomates, claro. Pero este solo tiene un dueño. Dices que no produces lo que consumes pero eliges qué consumir. Perfecto. De eso se trata: de que haya variedad y libertad para elegir, bajo la responsabilidad de saber lo que se está comprando.

          —-El fatalismo de “algún día esa tecnología será normal” me da miedo.—
          Hoy esta tecnología quizá se vea como la responsable de la «frankenfood» (término que odio profundamente, por cierto) como dicen algunos, pero no es la primera vez que pasa. Me recuerda a la historia del tomate, que en 1820 se prohibió su consumo en Nueva York por considerarse venenoso, o la de la patata, que fue rechazada en Europa y tardaron dos siglos en comerla obligados por el Kaiser durante la guerra.
          Me llama la atención poderosamente tu posición frente a la energía nuclear si tanto te preocupa el medio ambiente. En fin. Es bueno dudar de todo, cierto.

          Siento no poderme extender más en el comentario. No tengo mucho tiempo.
          Un saludo.

  3. Ostres, amb la vènia, m’animo a comentar 🙂

    No sóc gens ni mica experta en biotecnologia, genètica o agricultura, però en llegir l’article i els comentaris em ve al cap aquella frase de Paracelso de «el veneno está en la dosis».

    Tampoc sóc anti res ni pro gaires coses d’entrada, però em grinyolen frases com: «aplicar la biotecnología molecular a las plantas para hacerlas mejores.»

    Mejores… comparadas con qué. Es pot treballar per modificar el que sigui per tal d’aconseguir un resultat o un objectiu concret, però fer-les millors, millors així en general i en termes absoluts? Si hi afegim propietats és evident que això tindrà conseqüències: algunes d’esperades i que ens fan considerar l’experiment com un èxit, i d’altres inesperades, que si mereixen la pena en relació al valor de l’objectiu seran passades per alt o bé assumides com a danys col·laterals en pro d’un bé major.

    El cert és que la història de la ciència és bastant eloqüent, i que si ho mirem en perspectiva (aquesta per mi seria una mica la clau, no sé fins a quin punt els resultats que es vegin d’un experiment o producte testat durant 5-10-25 anys… es poden considerar igual de contrastats que centenars de milions d’anys d’evolució natural) m’atreviria a dir que tots els gras avenços científics, després de la eufòria inicial, han mostrat a la molt llarga ser efectius si es mantenen cenyits a l’objectiu pel qual van ser celebrats inicialment.

    No tinc cap ganes d’anar enrera, no vig pas per aquí, visca l’anestèsia i els antibiòtics! Però em sembla que ara tenim certs problemes amb l’ús indiscriminat d’uns i d’altres.

    És un fet que ara (i aquí) vivim més i millor gràcies als avenços científics. També em sembla que salta a la vista que la vida en la Natura està completament integrada i interconnectada, i que un canvi en una de les parts desperta mecanismes d’adaptació en la resta de les parts per tal que el tot funcioni de la manera més òptima possible donades unes circumstàncies.

    Aquí és on em sembla que hauríem d’anar més alerta. Perquè em sembla que hi ha efectes que simplement se’ns escapen per manca de perspectiva temporal i espacial, i perquè no ho podem controlar ni tenir en compte tot: som humans i estem EN la Natura, no per sobre.

    Entenc que deu ser fàcil embriagar-se de poder tocant segons quines tecles. Però no em sembla que la comunitat científica, per ser «científica», pugui decidir que no és lícit dubtar de la seva activitat. Oi tant que n’és de lícit. Tots i cadascun dels dubtes, i vinguin d’on i de qui vinguin, perquè al cap i a la fi, les legislacions avancen en part empeses per l’avenç de la ciència i els resultats els vivim i viurem tots ens agradin o no, hi estiguem d’acord o no.

    I una ciència en què es criminalitzi o en què simplement molesti l’actitud de dubte no és ciència, sinó que és dogma.

    El primer que caldria posar sobre la taula potser és el tema de la transparència: si alguns dubtem o tendim a prendre’ns segons quins avenços amb cautela, em sembla que els seria més útil a la «comunitat científica» ser més eloqüent, aportar més dades i realitzar estudis potser més contrastats per entitats independents i no tant patrocinats per segons qui, en lloc de tirar de seguida d’etiquetes d'»anti-blabla». Al cap i a la fi fins fa quatre dies la Ciència també dèia que la Terra era plana, que els negres o els nadons fins els 2 anys no sentíen dolor o que amb un antibiòtic es curava una grip.

    També sabem «de facto» el que passa quan els diners passen per davant de l’objectiu amb què es va fer l’avenç científic. Saraus amb les grans farmacèutiques, per exemple? Abocaments il·legals? Països africans abocador? Perca del Nilo? Estic fent servir exemples que potser sonaran facilons o populistes, és només que no tinc massa temps de posar-me a rebuscar i em sembla que ja es deu entendre el que vull dir.

    La llet artificial per nadons, per exemple, va ser un gran invent que va salvar incontables vides al segle XIX en nadons als orfenats. Ara, les grans marques productores bombardegen a publicitat i campanyes per guanyar mercat a Amèrica Llatina i Àfrica on les condicions de l’aigua i l’analfabetisme (incapacitat de llegir instruccions de preparació d’un biberó) i la manca de recursos per comprar el producte un cop s’acaba la mostra gratuïta o la «solidaritat», mata nadons a diarrees, desnutrició i contagis varis.

    No vull pas marxar del tema, em sap greu, però és un exemple del que per mi és la descontextualització del que un dia va ser un avenç i que, un cop ens embalem, ens encobdiciem o ens posem a córrer «per la Ciència en nom de la Ciència i només per la Ciència» (per no dir pels Diners, en nom dels Diners i només per Diners)… el mal acaba sent enorme. Com si la Ciència no s’hagués equivocat mai! La història de la Ciència és la història de l’assaig i l’error!

    La qüestió és saber-ho, tenir-ho molt present, i anar molt en compte amb adoptar segons quin tipus de prepotència a l’hora de fer afirmacions massa categòriques.

    Cada generació ha descobert mirant enrera que 100 anys abans la Ciència feia barbaritats.

    I cada 100 anys ens diem: «-Bé, gràcies al fet que aquelles barbaritats de fa 100 estaven una miqueta més endavant que les barbaritats de fa 200 anys, doncs ja hem avançat una mica.»

    El que perdem pel camí, el que decidim que ens val la pena sacrificar ara (tot i la manca de perspectiva històrica que crec que inevitablement tenim) difícilment ho podrem recuperar. I després serà dur lamentar-se’n. De debò podem deixar perdre segons quin tipus de riquesa, tantes petites varietats de llavors o del que sigui, sense un moment de reflexió?

    També em sembla que el cos és una maquina al·lucinant i que es va modificant adaptant-se al tipus d’alimentació que li donem, i que tendeix a reconfigurar-se per trobar la manera òptima de funcionar segons les circumstàncies al que l’exposem. Si li donem per defecte blat (o el que sigui) transgènic, es transformarà i acabarà sent capaç de digerir-lo. També crec que pel camí se’n paga un preu, apareixeran noves formes de funcionament d’entrada potser no-fisiològiques però que per números i estadística tinc la inèrcia de pensar que podrien convertir-se en la nova «normalitat»: al·lèrgies, intoleràncies, obesitat, diabetis… francament, com pot ser res casual en un món que no necessita de nosaltres que creiem que està sotmès i funciona segons les lleis físiques? Tot té una causa i un per què. I a la Natura li és bastant igual que en tinguem tots opinions diferents i que ens hi discutim.

    (de debò que si no fos perquè l’altre dia van fer un documental a tv2 dient que era millor no ser un expert a l’hora de parlar, no gosaria fer aquesta parrafada. Això és el que ens passa al pueblo llano quan veiem un reportatge a la tele: ens envalentonem i la liem :p )

    No ho sé… a mi francament em sembla que a vegades som molt poc flexibles a nivell petit i, per tal de no modificar els nostres hàbits, per tal de no canviar, exigim trobar maneres de retòrcer la Natura per aconseguir que ens solucioni la papereta. Quin problema hi ha en, en pro de la pròpia salut, per pur egoïsme, per estar millor, canviar una mica la rutina, deixar de menjar pa o pasta de sèmola de blat, i canviar-se a fer el que fa més de mitja humanitat quan jo no els miro, que és basar la dieta en un altre cereal?

    Però si el sushi i els fideus d’arròs molen un rato! 😀

    Apa, moltes gràcies per haver fet l’entrevista, per compartir-la, per donar-nos un bon tema per meditar una mica i per donar-nos la oportunitat de participar al debat. Moltes gràcies.

    1. Hola Maria,

      gràcies per comentar. Hi estàs més que convidada.

      Si em permets, però, voldria comentar algunes coses que dius. Per exemple, et preguntes «mejores… comparadas con qué», fent referència a quines millores s’apliquen a questes plantes modificades. Bé, jo no sóc un expert, només he fet una entrevista a un, d’expert, i una millora és la que apareix en el text, la de l’arròs dorat. Aquí hi trobaràs informació però, bàsicament, aquest arròs conté beta carotens precursors de la vitamina A que és imprescindible durant l’embaràs per a que la critaura neixi i neixi amb vista. Això és millorar una planta, entenc.

      Parles també dels molts problemes que tenim actualment amb «l’anestèsia i els antibiòtics». Sí? En tenim gaires? Quants? Porten més problemes que avantatges? I els problemes que hi pugui haver, son accidents? Son fruït d’un mal us dels antibiòtics? En tenen culpa els antibiòtics, el científic que els ha desenvolupat, el laboratori que els comercialitza o l’irresponsable que s’automedica?

      Argumentes que «som humans i estem EN la Natura, no per sobre». Bé, jo visc al carrer Consell de Cent amb Balmes, al centre de Barcelona. Ni rastre de natura per aquí. Disculpa que frivolitzi però el teu argument implica un retorn a la jungla on, per molt natural que sigui, l’esperança de vida era molt inferior a la que tenim en l’actual entorn que els humans, no els d’aquesta generació sinó les d’abans, les que vivien integrades, hem alterat.

      Estic d’acord en quelcom, «una ciència en què es criminalitzi o en què simplement molesti l’actitud de dubte no és ciència, sinó que és dogma». Efectivament, el dubte és al cor del mètode científic. Així avança la ciència. Però quan dius que «si alguns dubtem o tendim a prendre’ns segons quins avenços amb cautela, em sembla que els seria més útil a la “comunitat científica” ser més eloqüent, aportar més dades i realitzar estudis potser més contrastats per entitats independents i no tant patrocinats per segons qui», aquí ja no hi estic d’acord. Els avenços científics estan documentats, el que passa és que la majoria no els sabem llegir.

      D’altra banda, quan parles de la llet en pols dius que «les grans marques productores bombardegen a publicitat i campanyes per guanyar mercat a Amèrica Llatina i Àfrica». Però això no té res a veure amb la ciència. Té a veure amb la publicitat, el marketing mal entès, el sistema capitalista i els pocs escrúpols dels directius d’algunes empreses. No sé a què et refereixes amb «la Ciència en nom de la Ciència i només per la Ciència», em sembla que l’enstrevistat no fa les coses per divertimento, com a repte, per veure si inventa res. En un moment de la entrevista parla de que la seva motivació és ajudar.

      Quan e preguntes si «de debò podem deixar perdre segons quin tipus de riquesa, tantes petites varietats de llavors o del que sigui, sense un moment de reflexió?», tornem a estar al mateix punt. No té res a veure amb la ciència. Res. Te a veure, en tot cas, amb les polítiques comercials de determinades empreses que es dediquen a vendre llavors.

      Si que estic categòricament en contra del punt en el que dius que «també em sembla que el cos és una maquina al·lucinant i que es va modificant adaptant-se al tipus d’alimentació que li donem, i que tendeix a reconfigurar-se per trobar la manera òptima de funcionar segons les circumstàncies al que l’exposem. Si li donem per defecte blat (o el que sigui) transgènic, es transformarà i acabarà sent capaç de digerir-lo». Si fós així, si jo començés avui a menjar plàstic, potser d’aquí sis mesos el podria digerir. Entenc que et refereixes a mutacions que fan que els humans ens adaptem a determinats nous aliments però aquestes es produeixen, tinc entès, al cap de moltes generacions. El que avui és digerible ho és perquè és digerible. Crec jo.

      Per últim, preguntes «quin problema hi ha en, en pro de la pròpia salut, per pur egoïsme, per estar millor, canviar una mica la rutina, deixar de menjar pa o pasta de sèmola de blat». Crec que no n’hi ha cap. Com tampoc n’hi ha en menjar blat, que ha estat a la base de la nostra alimentació durant mil·lers d’anys. Ja, ja sé que el gluten té molt mala fama. És fatal. Ok. El blat és el primer cereal que vam domesticar i ens ha portat fins aquí. Com dius en algun punt, milers d’anys d’evolució no poden estar tant equivocats.

      Una abraçada. Espero que no et molesti que discrepem.

  4. Ya que hablais en otro idioma, por favor hacerlo en inglés, el idioma de la ciencia…
    Yo no os entiendo, no puedo participar en la discusion cientifica.. Que poco considerados
    By the way, me ha encantado la entrevista … La modificacion genetica en plantas lleva decadas llevandose a cabo para la mejora de las cosechas, aspecto que beneficia a todos.
    Un saludo

    1. María, permíteme que sea yo, propietario de la página, quien fije la normativa idiomática. Que no es otra, por cierto, que cada uno se exprese en el idioma que quiera.

    2. Lo siento porque este comentario no tiene nada que ver con el tema: María, ese otro idioma(que no es el mío tampoco) se entiende en un 95% escrito( ni te has molestado en leerlo bien). Poco considerados somos los castellanoparlantes que después de tantos centenarios amuermándonos con los idiomas nos hemos quedado muy cojos y tontos al respecto y nos falta apertura mental y creatividad lingüística que se traduce en más cosas a nivel de comprensión.

      El idioma de la ciencia es la experiencia y el probar repetidamente incluso intentar probar sus fallos. Por cierto dado el nivel de inglés de los españoles…entenderán mucho mejor el catalán..otra cosa esq le tengan manía.

      Yendo al tema principal. Pues es intrigante cómo puede evolucionar la situación, porq si bien los transgénicos nos reportarán a la larga muchos beneficios en la alimentación, en cantidad y calidad, también tendríamos q vigilar bien de cerca los efectos mariposa(como dicen arriba).
      Recordemos que estando «cerca e integrados en la naturaleza» la hemos modificado bestialmente…la agricultura tradicional y clásica que creemos ahora, en su momento se comió a bosques y acabó con muchos animales, alteró brutalmente paisajes y seguramente los microclimas. Otra cosa, «si la vaca come plantas y nosotros comemos vacas, comamos plantas»:aplauso, vamos a comer todos césped!!!!!! como tenemos el mismo tipo de estómago q una vaca… a no, pues la alternativa: convirtamos los prados verdes de asturias y cantabria en colinas marrones petados de huertos tradicionales porq no queremos mejoras genéticas…entiendo que cause miedo la situación distópica de oligopolios y corporatocracia en la q nos estamos metiendo y da miedo, mucho y a mí también.. Pero la culpa final es de quien compra y vota,nuestras críticas sin hechos se las lleva el viento. Consumamos menos y prediquemos con ejemplo…pero eso es menos cómodo verdad? 😀
      Aunque me gustaría añadir para terminar, que en realidad ( y siempre q las plagas o el clima no nos fastidien lo plantado) sería idóneo producir in situ todo lo posible que fuéramos a consumir nosotros mismos.

  5. Gràcies Jordi per prendre’t el temps de respondre’m amb tant detall. I carai, em dónes molta feina! 😀

    No em molesta gens la discrepància, al contrari, m’encanta la olor de discrepància pel matí 😉 És inevitable i, a més, estimable, no? Jo disfruto prou d’una bona conversa, i intento no comentar pas amb esperit de «discutir contra» sinó amb el de «parlar amb», voldria aconseguir-ho.

    De fet, m’adono que em dec haver expressat bastant malament, perquè tinc la sensació d’estar bastant d’acord amb algunes de les coses que has puntualitzat.

    Quan comentes el fet que la modificació genètica en el cas de l’arròs dorat ha estat una millora, entenc que ha estat una millora perquè el resultat s’encaixa amb el que seria la solució a un problema concret, que és eliminar el dèficit de beta carotens precursors de la vitamina A en una regió concreta i en un segment de població determinat. Estic d’acord en què aquest producte, gràcies a aquesta modificació, ha significat una millora de les condicions de salut de molta gent.

    Potser la discrepància en aquest punt és simplement una qüestió lingüística sense més importància: jo entenc que l’arròs no ha estat millorat objectivament, sinó que ha estat modificat per tal que s’adapti a una circumstància excepcional concreta. L’arròs ha canviat, i aquest ha estat un canvi controlat i dirigit a encaixar com a solució a un problema. L’arròs objectivament ha canviat, no ha millorat. El que ha millorat és la vida de la gent que n’ha pogut gaudir. Del que dedueixo que el canvi de l’arròs només és una millora objectiva des d’una perspectiva antropocèntrica. (Mentre ho escric m’adono que potser en el fons el que estic reivindicant seria una visió de la ciència menys positivista, i aquest és un debat epistemològic llarg, encara vigent, que molts altres han tingut abans que tu i que jo, i que probablement encara es cobri moltes tardes plujoses, molts cafès i molts cigarrets hehe)

    Pel que fa als antibiòtics i l’anestèsia…

    Se’m fa molt difícil ser escueta si em fas tantes preguntes 😀

    Estic completament d’acord amb tu que la «culpa» no és dels antibiòtics ni de l’anestèsia. Ells, pobres ents inanimats, no tenen poder de decisió 🙂 I sí! Clar que són avenços! Són noves eines de les quals disposar. Però a disposar-ne amb responsabilitat i precisió. En començar el meu anterior comentari citava Paracelso i el seu «el veneno está en la dosis». Coincideixo amb tu en apel•lar, com em sembla que fas donant un èmfasi subtil al darrer exemple, a l’ús responsable. Però no només a l’ús responsable per part del consumidor, sinó a l’exercici de responsabilitat i d’integritat de tots els agents que intervenen en la cadena mèdica: des de qui treballa en investigació de laboratori fins al consumidor final, passant per les distribuidores, les autoritats sanitàries i els metges que recepten encara a dia d’avui amoxicil•lina davant un quadre gripal.

    Amb els transgènics seguuuur que això no passa :p

    Quan anem al metge cadascun d’ells té opinions diferents i tendències diferents sobre la mateixa simptomatologia, cosa «poco baladí» quan en principi donem per fet que l’ús del mètode científic els hauria de dur a tots a treure la mateixa conclusió en observar un mateix quadre mèdic. I això no és així. I no parlo pas de contraposar un Doctor en Nefrologia col•legiat amb un homeòpata. Parlo de contraposar el Dr.Nefròleg Nº1 amb el Dr.Nefròleg Nº2. No podem idealitzar el mètode perquè el mètode sense l’humà fal•lible, permeable i pressionable que l’exerceix no existeix. I aquesta fal•libilitat es dóna a tots els eslabons de la cadena. Si a l’equació hi afegim interessos monetaris ja podem plegar (i de sentències en ferm contra farmacèutiques n’hi ha un rato llarg, d’empreses íntegres també).

    La fal•libilitat l’assumeixo i l’accepto, és més, jo sóc extremadament fal•lible. Som fal•libles. Amb la integritat, l’esforç i la transparència em conformo. En la medicina, en la biotecnologia, en els transgènics i en la biblioteconomia 🙂 Potser per això en l’anterior comentari parlava de tenir perspectiva històrica i d’anar amb compte amb la prepotència, precisament un dels punts forts de l’expert que entrevistes, però ell ho sap i ho ha sabut rentabilitzar i convertir en un avantatge a l’hora de comunicar. Bé per ell.

    I no farem fal•làcies ad hominem. En frases com aquesta: «¿Son perjudiciales para la salud estos alimentos? No, al contrario. Son los alimentos más evaluados de la historia de la humanidad.» s’amaguen al meu entendre fal•làcies ad verecundiam. Està donant per suposat que l’autoritat que evalua no s’equivoca, que és independent, impermeable i que gaudeix d’algun tipus de perfecció fora de la fal•libilitat humana, que a mi se m’escapa i que la història i l’estadística desmenteixen.

    El següent punt…

    Em fa somriure. Aquí em col•locaré jo soleta un punt de mira vermellet i lluminós al front. A mi la frivolitat! 😉

    De debò que no estic parlant d’un retorn a la jungla, faltaria més! També he dit al comentari anterior que ara i aquí vivim més i millor que mai! És un fet cert. Estic d’acord amb tu.

    En el que no estic d’acord és en la percepció que només és Natura la verdura. O el que veiem idealitzat als documentals de National Geographic.
    De nou em sembla que tenim una discrepància de fons gran pel que fa a la preposició EN la Natura.
    Natura és tot el que hi ha a la taula periòdica dels elements. Inclosos els polímers que conformen l’asfalt. Jo sóc un mamífer. A l’Amazones i a Consell de Cent. L’ésser humà EN la Natura, per molt que jugui a combinar i recombinar els elements de què disposa, no pot crear a partir d’aquests elements combinats entre sí res que no sigui una barreja del que ja hi ha, per molt diferent que sembli el resultat final dels ingredients inicials. Com la farina, els ous i el sucre i un pa de pessic. Tot és Natura, amb més grau o menys d’intervencionisme per part nostra. Més lletjota o menys, més agradable i harmoniosa o més feta i deixada estar. I tot allò que fem i manipulem amb aquests elements estarà subjecte no a la nostra voluntat, no al que nosaltres ens agradaria, sino a lleis que són més grans que nosaltres i que se’ns escapen.

    I em sembla que qui més qui menys tots preferiríem viure en una caseta amb jardí i bones vistes a mar i/o muntanya més que no pas en un pis gris en una «ciudad colmena». Doncs m’atreviria a dir que qui més qui menys tots voldríem poder disfrutar d’ingredients naturals i originals en la mesura que això fos possible.

    Diguem-ne d’aquest un plantejament naïf. En tot cas és un plantejament arriscat, bàsicament perquè m’arrisca a mi a ser «carne de colleja», però, en fi, així és com ho veig i així ho exposo.

    En una classe d’economia política recordo un professor citar una vegada un gran economista, que mai he aconseguit recordar com es dèia, em disculpo, dient: “Si la teoría no corresponde a la práctica, al infierno con la práctica.” Bé. No hi estic d’acord, és més, la pràctica científica és l’únic àmbit de la ciència. Aquesta com a ideal teòric no té sentit de ser, fins i tot pel fet que, encara que la percebíssim com a perfecte a nivell teòric, seria perfecte percebuda des de la nostra imperfecció i contingència EN la Natura que no és únicament objecte científicament analitzat sinó que és alhora l’àmbit i el punt de partida des del qual ens asseiem a pensar-la.

    Dius «Els avenços científics estan documentats, el que passa és que la majoria no els sabem llegir.» D’acord. I del mateix avenç científic hi ha documents de blanc, de negre i de tota la gamma de grisos. Resultats íntegres i ajustats als fets i resultats més o menys pressionats i tendenciosos. Gairebé tots ells signats per persones que diuen utilitzar mètodes científics, i els que no ho són és perquè en general van dirigits a públic que no necessita o no demana criteris científics. Hi ha gent per tot. Al final, cadascú de nosaltres es creu aquell que defensa arguments que ja d’entrada estem disposats a acceptar, difícilment canviem d’opinió per molt científic que ens ho posin. Tendim a ser tossuts i vagos, molt poc científics. I tendim inevitablement a prendre decisions no només pensant enla Ciència sinó en la vida quotidiana i les circumstàncies personals. Des del pueblo llano fins al més alt dels doctors. Així ho veig jo i així sembla que ho deuen veure els senyors doctors de què parlàvem abans que a dia d’avui seguixen receptant amoxicil•lina per la grip.
    Espero que els que treballen en l’àmbit de la biotecnologia i els transgènics siguin l’excepció que confirma la regla… 😉

    La història de la Ciència no és una història de certeses perfectes i finites sumades l’una darrera l’altra, sinó una història d’aproximacions més o menys acurades, que sempre han estat superades per les generacions posteriors. I és per això que sí que em sembla que el fet de deixar o no perdre certa riquesa natural és un tema que concerneix a la Ciència: per una qüestió d’humiltat i prudència, que podríem aprendre de la història d’aquesta mateixa Ciència. És més: diria que estic d’acord amb tu quan dius que això més que ciència té a veure amb les polítiques comercials: i diria que el dia que les polítiques comercials estiguin completa i absolutament desvinculades de la Ciència, aquell dia em creuré tots els documents i totes les fonts que recolzin qualsevol innovació. Tant de bo. Però ara mateix crec que la font del meu escepticisme pel que fa als transgènics és precisament aquesta.
    Aquesta, i el fet que a vegades, més que humans em sembla que devem ser peixos de colors: tenim una facilitat i una tendència a fer bombolles amb tot el que toquem que m’al•lucina. Segur que bombolla de transgènics no n’hi haurà…?

    El el punt en què estem «categòricament en contra» 🙂 em sembla que potser no ens posem mai d’acord. Tampoc passa res, no?

    Ja he dit que sóc del parer que no podem controlar tots els factors que intervenen en qualsevol canvi, ni totes les seves conseqüències. Això no és motiu per parar d’investigar, per deixar de voler avançar ni per deixar de prendre riscos en pro de solucionar problemes amb nous avenços. Però si que és per mi motiu de sobres per demanar prudència i rigor. Per cenyir-nos en l’ús de la «medecina»en l’àmbit del «problema». I sí que crec que canvis en els aliments d’aquesta magnitud provoquen respostes en el nostre organisme. Tu parles de mutacions a llarg termini. Jo parlo de patologies a curt termini. De totes dues hipòtesis n’hi ha fonts documentades. I em sembla que aquí cadascú individualment ha de prendre responsabilitat d’escollir, a l’hora d’anar a comprar, què, com i on fer-ho. I que per prendre decisions responsables aquestes han de ser decisions informades. Que circuli la informació, i que circuli de forma lliure i transparent. Que els organismes i les autoritats sanitàries i alimentàries competents actuin amb independència (cosa que crec que actualment no passa massa) i que nosaltres com a consumidors puguem escollir si consumim aliments transgènics o no. M’agradaria trobar on comprar tomàquets amb sabor de tomàquet. I no els trobo. Siguin transgènics o no ho siguin.

    I ei! No cola que vulguis haver-me fet dir res en contra del gluten. No hi tinc res en contra del gluten! No podria pas guanyar-me la vida fent brioche sense el gluten.

    El que sí que penso és que, francament, si és per qüestions mèdiques, benvingut sigui el blat modificat. Però el seu ús indiscriminat per pura comoditat em sembla absurd i, sí, em sembla que és donar més feina del compte al cos per a no canviar d’hàbits, i també em sembla que això té conseqüències. Però això, més que discutir-ho aquí o passar-li el marrón a la Ciència, ho deixaríem a l’àmbit de la llibertat i la responsabilitat personal de cadascú, mentre segueixi havent-hi alternatives entre les quals escollir. No vull que decideixin per mi què és el que hi ha disponible. Els concedeixo a les grans corporacions, als organismes i autoritats competents i als científics i divulgadors el benefici del dubte. El del dubte. No el de la certesa.

    Espero no haver escrit un totxo infumable en lloc de col•laborar o explicar-me una mica. Salut i bon dilluns!

    1. Maria,

      és fantàstic poder estar en desacord d’una forma tant educada. Gràcies per tornar.

      Abraçada.

      1. Una abraçada!?

        D’acord que «homeòpata» com a despreciatiu ja està pillat, però com a mínim em mereixo un, no sé… «acupuntora»? 😀

        Gràcies a tu, és un plaer 🙂

  6. Hola, me llamo Manuel y llevo viviendo en Canada desde hace veinticinco anos ya. Estoy aqui para advertierles de los danos que los transgenicos acarrean. Llevan aqui desde 1994 y crean toda clase de trastornos en el cuerpo. Hay una burrada de gente con inflamacion en el cuerpo, trastornos digestivos, debilitan el cuerpo puesto que no tienen nutrientes creando asi anemia, celiacos, allergias a toda clase de productos alimenticios culpa de la soja transgenica que la incluyen en todo desde tomate frito, cereales, chocolates, salsas, todas las comidas procesadas, etc., absolutamente en todo. La soja transgenic a altera tu sistema haciéndote sensible a toda clase de productos alimenticios, que a la larga crea inflamacion y en consecuencia toda clase de trastornos como al corazón, system nervioso y todo irreversible. Esto aparece en pocos años de consumir regularmente los transgenicos y la soja transgenic. La compania detras de todo esto es Monsanto y su meta es de tener el control total y la patente en naturaleza y toda clase de semilla. Tambien quieren que la poblacion se enferme y tengan que recurrir al doctor y tomar una medicamentos que no curan sino que tratan los sintomas de los problemas, porque la cura seria de dejar comer transgenicos. Quieren esto puesto que la misma compania son los que fabrican los medicamentos que todo el mundo consume. Lo que hacen es pagar una burrada de millones de euros a los gobiernos del pais en el que se asientan mas ministros y a cualquiera que se interpongan por delante, simplemente los compran por aceptar y afincar los transgenicos en ese pais. Son el cancer de este planeta y hay que pararlos a toda costa, no solo por nuestra propia salud y la de nuestros hijos pero por el futuro de este planeta. Se han hecho varios estudios y por eso la mayoría de los países lo han rechazado excluyendo España, puesto que el gobierno solo quiere hacer dinero y enrriquecerse lo mas rapido posible sin importar el bien estar de los ciudadanos.
    Cuesta creer que del 46.507.760 de Españoles o habitantes en el país, todos vendidos por un puñado de euros. La realidad es que el 1% controla y mata al 99% de la poblacion viviendo así en la oscuridad sin saber lo que en realidad está ocurriendo.

    Un grupo de expertos del departamento de ingeniería genética de la Universidad de Caen, Francia, ha presentado un nuevo estudio, en el que se demuestra que las ratas de laboratorio alimentadas con un maíz modificado genéticamente (MG) producido por Monsanto, empresa biotecnológica, han mostrado signos de toxicidad en el riñón y en el hígado.Los datos muestran que el MON863 tiene asociados riesgos significativos para la salud; sin embargo, la Comisión Europea concedió licencias para comercializar este maíz tanto para el consumo humano como para el consumo animal.

    En España, como en toda la Unión Europea, se permite su consumo humano y en piensos animales.

    Las evidencias incriminatorias fueron obtenidas por Greenpeace después de un caso judicial, y enviadas para ser evaluadas por este equipo de expertos encabezados por el Profesor Gilles Eric Séralini, un experto gubernamental en la tecnología de ingeniería genética de la Universidad de Caen.

    En una rueda de prensa conjunta con Greenpeace, el Profesor Serálini afirmó que “los análisis de Monsanto no pasarían un examen riguroso – para empezar, sus protocolos estadísticos son altamente cuestionables. Peor aún, la empresa omitió llevar a cabo un estudio de las diferencias del peso de los animales y además, datos cruciales de los análisis de orina se ocultaron en las propias publicaciones de la empresa».

    Greenpeace exige la retirada inmediata y completa del maíz MON863 de Monsanto del mercado global y hace un llamamiento a los gobiernos para que emprendan una reevaluación urgente de todos los otros productos transgénicos aprobados, y una revisión estricta de los métodos de análisis actuales.

    “Esta es la gota que colma el vaso de la credibilidad del actual sistema de autorización de los productos transgénicos. Ahora se sabe que un sistema diseñado para proteger la salud humana y animal ha permitido que un producto de alto riesgo se esté comercializando, a pesar de las claras evidencias de sus peligros. Por tanto, necesitamos comenzar a revisar cuidadosamente todos los productos transgénicos presentes en el mercado, y abortar inmediatamente este defectuoso procedimiento de aprobación”, ha declarado Juan Felipe Carrasco, responsable de la Campaña contra los Transgénicos de Greenpeace.

    Los datos en cuestión han sido objeto de un fuerte debate desde 2003, cuando se identificaron cambios significativos en la sangre de animales alimentados con MON863. El maíz MON863 fue aprobado por la Comisión Europea a pesar de la oposición de la mayoría de los Estados miembros, los cuales expresaron su preocupación acerca de la seguridad de este maíz. El Profesor Séralini confirma científicamente estas preocupaciones. Tal y como afirma el estudio, “con los datos actuales, no se puede concluir que el maíz transgénico MON863 sea un producto seguro”. Sin embargo, el MON863 ha sido autorizado para los mercados de Australia, Canadá, China, Japón, México, Filipinas y EE.UU., además de la UE.

    “Es un alerta de emergencia internacional que requiere una respuesta global”, ha concluido Carrasco. “Sólo una retirada completa de este maíz en todos los mercados podría controlar los posibles daños.”

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